En los últimos tiempos se dio el fenómeno
de la aparición pública de una cantidad de películas
documentales realizadas tanto por nuevos documentalistas como por realizadores
experimentados, producciones individuales como firmadas por colectivos de
trabajos, que tienen en común el reflejar la temática del conflicto
social, fruto de la crisis del sistema capitalista, las luchas de los movimientos
sociales y de las organizaciones de trabajadores.
Estas películas tienen en común a nuestro entender, el valor
de un gran compromiso de los realizadores, tanto con su obra en todas las
etapas de producción (incluyendo la exhibición y difusión),
como con los procesos sociales y luchas que reflejan.
En los colectivos de realización audiovisual es común debatir sobre la necesidad del compromiso político, ético y estético del realizador documental y lo habitual es pensar que este aspecto se refiere meramente a la selección de los temas y contenidos. Pero la apreciación de este aspecto al visionar las obras, alcanza una mayor complejidad y en términos prácticos este compromiso asume algunas características que nos parece importante mencionar.
a) Existe una tendencia a la participación activa en la lucha de clases,
aportando desde lo audiovisual.
b) Se participa desde la realización como constituyente de subjetividad, recreando simbolicamente representaciones del mundo desde la óptica e intereses de la clase trabajadora.
c) Aportando tecnicamente tanto a través del tratamiento del lenguaje audiovisual, como con la apropiación de técnicas y tecnologias, poniéndolas a disposición de las luchas. Un aspecto importante es la posibilidad de generalización y difusión de estas herramientas con la consiguiente democratización de la producción audiovisual, hoy monopolizada por la burguesía y la consiguiente valorización de la diversidad de miradas, intentando llegar a que los propios protagonistas de las luchas puedan narrar sus propias historias.
d) Integración a procesos sociales en un doble sentido: por un lado con la necesidad de fundar espacios colectivos del oficio de narradores audiovisuales, fenómeno que ha ocurrido profusamente en los últimos años, por otro lado con la participación activa de los realizadores en los movimientos sociales en lucha, asumiendo militancias que exceden largamente el mero hecho audiovisual.
e) Una de las riquezas de estar integrado plenamente a los procesos sociales y sus actores, es que permite discutir agendas específicas de las organizaciones que amplían la temática tradicional que imponen la prensa y los medios de comunicación de la burguesía. Se descuenta la disponibilidad de los realizadores ante las demandas de las organizaciones, como la variedad de usos de los registros en formatos de presentación y motivaciones diversas. Por ejemplo nuestra experiencia fue que los mismos materiales fueron usados tanto en respuesta rápida de tipo periodística de contrainformación, como prueba contra aparatos represivos del estado, para intervenir en debates internos de las organizaciones, como preparación de acciones directas, para evaluación de las acciones, como motivadores en jornadas de educación popular, etc. y solo después fueron presentados como informes del tipo película documental, si los mismos lo ameritaban y luego de cumplirse el tiempo de maduración y crecimiento de las historias a contar.
f) Con la investigación y experimentación en el campo de las formas mas propicias para narrar cada historia, búsqueda estética imprescindible para contar las nuevas temáticas.
g) Con la necesidad de profundizar en los tratamientos de las narraciones
que superen lo meramente descriptivo e intentando eludir el estado de fascinación
por lo nuevo y espectacular.
h) Para esto es imprescindible abordar las contradicciones en el propio campo
del pueblo que impiden o dificultan la lucha emancipatoria. Resulta fácil
contar solamente las cosas favorables a nuestros pareceres o que resulten
simpáticas a nuestros espectadores-interlocutores. Ni que hablar cuando
la temática política se transforma en apología acrítica.
i) Esto no significa dar la palabra al fascismo, recurso fácil, con la pretensión de amplitud o de pensar que es la forma de contrastar así actitudes o morales, siendo que represores, patrones y gobernantes tienen a disposición todos los medios para darse a conocer por ellos mismos y no usan muchos subterfugios.
j) Tratando de encontrar y proponer a los compañeros algunas preguntas
significativas para allanar el debate y reflexionar sobre nuestros problemas.
k) Hay otro aspecto del proceso de integración que es la posibilidad
de interactuar y crear un diálogo con los protagonistas del proceso
de producción audiovisual. Que sin perder la mirada personal del realizador,
permita constatar nuestras propuestas de primera mano, como incluir en el
proceso creativo a los propios actores sociales. Compartir la visión
de cortes de trabajo con los compañeros, pedir sugerencias, preguntar
como contaría cada uno determinada historia, son prácticas muy
valiosas.
Pero no solo esto, resultó sumamente útil tener en cuenta un
público particular destinatario de la producción, sea una organización,
un grupo de compañeros, hasta alguna persona en particular, constituido
en espectador-actor. Esto genera un diálogo interior en el realizador
en la búsqueda de procesos de identificación a través
de las representaciones de imágenes y testimonios que se universalizan
solo desde el rescate de las particularidades.
Una de nuestras experiencias, por ejemplo, con El Rostro de la Dignidad
fue la elección del plano secuencia como recurso narrativo. En cada
toma pensábamos como se verían a ellos mismos los compañeros
y cuanto tiempo les gustaría que duren las imágenes. Esto hizo
que el propio ritmo narrativo de la película fuera influido notoriamente
por esta práctica, como un intento de ser parte del proceso de subjetivación
a favor de la lucha de clases.
l) Creando espacios nuevos, no mercantiles, para la difusión y valorización de las producciones. Priorizando las exhibiciones en el marco de procesos de lucha e intentando promover el debate posterior a las proyecciones. El ideal que perseguimos es que los propios materiales que producimos puedan motivar que la gente asuma la necesidad de la lucha como herramienta de libertad.
m) Acompañando las realizaciones en la etapa de difusión. Una de las actividades mas placenteras y gratificantes.
n) Perdiendo el control de las producciones en la medida que las mismas son
adoptadas como propias por los compañeros y las organizaciones en lucha.
o) Generando nuevas formas de financiamiento que no condicionen en ninguna
etapa de la realización-exhibición a la obra.
p) Tratando ser nexo que supere la dispersión de las expresiones de
resistencia anticapitalista, intentando dar cuenta de los lazos y motivaciones
que las unen.
q) Una compañera preguntó hace poco si a pesar de que hace años
venimos registrando el conflicto social y por consiguiente encontrándonos
a diario con hechos maravillosos de abnegación y entrega como con momentos
terribles, esto había afectado nuestra capacidad de emocionarnos. Esta
pregunta motivo un debate sobre el tema, en donde concluíamos que es
imposible conmover sin antes haber sido uno mismo conmovido y sorprendido
por los hechos que registramos y luego montamos en un determinado sentido.
r) Por último un aspecto fundamental del compromiso del realizador tiene que ver con los intentos por superar el temor por la exposición física.
s) En términos del riesgo que implica la radicalización de las
luchas, en donde defender el punto de vista de los trabajadores que animan
las luchas, como perspectiva de subjetivación, tiene que ver entre
otras cosas de que lado nos encontramos en el enfrentamiento y a que distancia
estamos realizando las puestas de cámara.
t) Intentando superar el estereotipo que la división del trabajo impone
a la narración como un mero ejercicio intelectual.
u) Y también con la posibilidad que la propia conciencia y/o la determinación
de nuestros colectivos de referencia, considere que en determinado momento
nuestro rol de registro pueda ser cambiado, si es necesario, por cualquier
otro rol que haya que cumplir en cada situación, no pensando que la
vida pasa por el visor de una cámara o por una pantalla de proyección.
Setiembre de 2002
Grupo Alavío
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